La Vacunación en los animales de compañia. Parte I: El perro


¿Por qué vacunar a tu mascota?


Una de las cosas fundamentales que debemos hacer para brindarle a nuestra mascota una larga y saludable vida es asegurarnos de vacunarla contra las enfermedades más frecuentes de su especie.



En las primeras semanas de vida, todos los cachorros reciben de su madre, a través de la leche, anticuerpos protectores frente a estas enfermedades, pero conforme se van haciendo más mayores, estos anticuerpos desaparecen y debemos proporcionarles la inmunidad adecuada mediante la vacunación


¿Cómo funcionan las vacunas?


Las vacunas contienen pequeñas cantidades de virus, bacterias u otros organismos causantes de la enfermedad modificados o muertos. Cuando son administradas estimulan el sistema inmune del perro a producir células de defensa y proteínas – o anticuerpos- para protegerle de la enfermedad.


¿Cuáles son las vacunas que debe recibir mi perro?



Órganos afectados por las enfermedades frente a las que existe vacunación


RABIA: Enfermedad producida por un virus que afecta al sistema nervioso central de casi todos los mamíferos, incluidos los humanos. Se disemina a través del contacto con la saliva de animales infectados por medio de mordiscos o cualquier herida en la piel. La vacuna proporciona a tu perro mayor resistencia a la rabia si es expuesto a la misma, pero si la contrae, no existe cura, siendo mortal al 100%. Por ello, la vacunación es OBLIGATORIA .

PARVOVIRUS: Muy contagiosa entre perros. Produce fiebre alta, vómitos y diarreas con sangre. También puede producir problemas cardíacos. Se disemina por medio de heces infectadas y, al ser un virus altamente resistente, puede permanecer en el ambiente durante muchos meses. La vacunación es el único método para prevenir esta enfermedad potencialmente mortal, que es más grave en cachorros jóvenes y perros ancianos. Mortalidad del 60%. Es la enfermedad de cachorros más frecuente en España.

MOQUILLO: Enfermedad muy contagiosa que se disemina a través de las descargas oculares y nasales de los perros infectados. Produce fiebre alta, síntomas respiratorios, digestivos y nerviosos (convulsiones, parálisis) en sus fases finales. Mortalidad del 90% . De los pocos que la superan, muchos quedan con secuelas, ya que el virus del moquillo afecta al Sistema Nervioso.


HEPATITIS INFECCIOSA: Esta enfermedad vírica se transmite por el contacto con secreciones como la saliva, orina o heces de animales infectados. Causa inflamación del hígado, sintomatología respiratoria, edemas y problemas oculares que pueden ser permanentes. Puede ser mortal. 


LEPTOSPITOROSIS: Es una enfermedad bacteriana que ataca a los riñones y al hígado, contagiosa a humanos. Se contagia mediante la orina.

TOS DE LAS PERRERAS: Laringotraquítis infecciosa o Traqueobronquitis Canina. Igual que el resfriado en personas, esta enfermedad respiratoria es fácilmente transmitida de un perro a otro, por lo que los centros de adiestramiento y residencias pueden exigir la vacuna antes de aceptar a un perro. . Está causada por varios agentes, como el virus de parainfluenza, el adenovirus II y la bordetella bronchiseptica. Aunque parte de estos agentes están incluidos en la vacunación anual de su perro, existe una vacuna específica que puede ser necesaria antes de entrar en contacto con colectividades caninas. Los síntomas incluyen tos fuerte y seca, inflamación de ganglios submandibulares, irritación de tráquea, pérdida de apetito y puede cursar con fiebre.

LEISHMANIOSIS: Muy común en la Costa Mediterránea y en Madrid y alrededores, transmitida por un mosquito. Produce sintomatología muy variada, desde afección cutánea (pérdida de pelo, sobrecrecimiento de uñas, caspa, heridas que no cierran...) hasta afección orgánica (insuficiencia renal, insuficiencia hepática, cojera, anorexia...) y si no se trata, puede ser mortal. Los síntomas pueden aparecer de forma tardía, hasta un año después de contagiarse de la enfermedad, por lo que son fundamentales los análisis de control tras la temporada de mayor actividad del mosquito (verano). El tratamiento no elimina completamente la enfermedad, por lo que un perro puede quedar como portador y volver a enfermar al cabo del tiempo, por lo que son muy importantes los análisis de control.
Si quieres saber más sobre la Leishmania y la vacuna de la Leishmaniosis, pincha en los enlaces.

¿Cómo se administran las vacunas de perro?


Aunque las vacunas sean polivalentes, es decir, aunque produzcan inmunidad frente a varios agentes infecciosos, los laboratorios las comercializan para que se administren con una sola inyección. Eso si, se usa el mismo volumen de inyección para un Chihuahua que para un Pastor Alemán, es decir, que la cantidad de vacuna no depende del peso del animal.

Como protocolo general se suele empezar con una vacuna suave, que normalmente produce inmunidad contra parvovirus o contra parvovirus y moquillo. A las dos o tres semanas se pone otra que además de parvo y moquillo, incluye hepatitis y a veces leptospira. De nuevo, a las dos o tres semanas se pone la más completa, que incluye parvovirus, moquillo, leptospira, hepatitis y parainfluenza.
La vacuna de la rabia se pone por separado o se puede unir a esta última vacuna.

¿Cuándo debo vacunar a mi perro?


La inmunidad que un perro recibe de la leche de su madre empieza a disminuir a partir de las 6 semanas. Es entonces cuando se recomienda comenzar la vacunación. Las primeras vacunas necesitan un recordatorio cada dos o tres semanas para garantizar que la inmunidad persiste, por lo que el veterinario nos recomendará un calendario vacunal que se ajuste a las condiciones y edad de nuestro animal.

La vacuna de la Rabia es obligatoria en la Comunidad Valenciana antes de los cinco meses de vida, al igual que el microchip y el pasaporte.

A partir de los 6 meses de vida se puede comenzar la vacunación frente a la Leishmaniosis canina. Ésta requiere una primovacunación y dos recordatorios separados tres semanas.

La vacuna frente a la tos de las perreras puede ser recomendable también en algunas zonas o para algunas comunidades de animales. Tu veterinario te recomendará si es recomendable para tu perro y cuándo ponerla. 

Cada vacuna necesitará un recuerdo a intervalos regulares durante toda la vida del animal. Es muy importante no saltarse las revacunaciones, pues si pasa mucho tiempo entre una vacuna y la siguiente, puede ser necesario volver a comenzar la vacunación. 

¿La vacunación garantiza 100% que mi perro no padezca estas enfermedades?


Como cualquier otro tratamiento médico o quirúrgico, la vacunación no puede ser garantizada al 100%. Sin embargo, usada en conjunto con una nutrición adecuada y condiciones sanitarias adecuadas, la vacunación es claramente la mejor defensa para una mascota contra las enfermedades.
Además, considerando el coste que significaría en términos de dinero y de angustia el tratamiento de una enfermedad grave, la prevención por medio de la vacunación es la solución óptima en términos de coste-beneficios.



¿La vacunación es 100% segura para mi animal?

No. Todas las vacunas, igual que todos los medicamentos, tienen sus contraindicaciones y efectos adversos. Un animal puede reaccionar de manera exagerada a los componentes de la vacunación y tener una reacción alérgica. Esta reacción puede ser tan exacerbada que puede llevar a la muerte del animal. Por suerte, el porcentaje de estas reacciones que se producen hoy en dia por la vacunación de los animales de compañia en medios sanitariamente controlados, es muy bajo, menor del 0.01%, por lo que el riesgo es muy bajo.

En un estudio revolucionario realizado por Moore y colaboradores donde se determinó la prevalencia de efectos adversos sucedidos a los tres días tras la vacunación, del 1.226.159 de perros vacunados, se registraron 4.678 reacciones vacunales (38,2/10.000 perros). De estas, el 72,8 % tuvieron lugar el mismo día de administración de la vacuna y se correspondían el 31,7 % a reacciones alérgicas y el 65,8 % a la toxicidad “normal” de las vacunas.
Dentro de las reacciones adversas a las vacunas, se describen clásicamente cuatro:
  • Reacciones de toxicidad “normal”.
  • Reacciones de inmunosupresión transitoria.
  • Reacciones de hipersensibilidad inmunitaria.
  • Producción de sarcomas de inoculación en gatos.
Toxicidad “normal”

Las vacunas pueden generar normalmente reacciones de tipo inflamatorio pasajeras ya que se requiere un cierto grado de inflamación para inducir respuestas inmunitarias protectoras y eficaces. Las reacciones más frecuentes son las tumefacciones o inflamación en el punto de inoculación, que suelen aparecer al día siguiente de la vacunación y pueden durar hasta una semana.

Otras reacciones tóxicas “normales” son la aparición de cuadros de fiebre, letargia y anorexia que responden a la activación de los mecanismos de la inmunidad.

Inmunosupresión transitoria
Sorprendentemente, existen evidencias de que ciertas vacunas pueden producir cuadros de inmunosupresión transitoria, y en algunos animales, esta puede generar problemas como la aparición de una infección subclínica en el animal vacunado. Es por esto que no se debe vacunar a animales con signos de enfermedad, razón por la cual tu veterinario realiza una exploración física completa sobre el animal a vacunar, y si surgen dudas de que esté incubando una enfermedad, la vacunación se retrasa.
Por el mismo motivo no se suelen vacunar animales recién adquiridos, ya que el estrés en los animales debilita su sistema inmune y una vacuna puede llegar a disminuir éste aún más.


Hipersensibilidad inmunológica

Las vacunas pueden causar reacciones de hipersensibilidad de tipo I, II, III y IV que, aunque alguna de ellas infrecuentes, pueden ser realmente importantes. En este breve informe, nos ceñiremos exclusivamente a las reacciones de tipo I.
Hipersensiblidad de tipo I o alérgica

Pueden aparecer cuadros que pueden ir desde reacciones urticariales a angioedemas (edema facial, periorbitario, laríngeo, de vías respiratorias altas, etc.), o reacciones realmente graves como la anafilaxia. Esta última se manifiesta en el perro de forma distinta a otras especies, ya que en este, el principal órgano afectado no es el pulmón sino el hígado, en especial las venas hepáticas. Así, los perros que sufren anafilaxia muestran un cuadro de excitación inicial con vómitos, diarrea y micción, seguida de depresión respiratoria, debilidad muscular, convulsiones, estado comatoso y muerte en aproximadamente una hora. Todos estos signos provienen de la oclusión de la vena hepática por contracción del músculo liso y el edema hepático.

Desde el Centre Veterinari Bitxos esperamos que esta información te haya resultado útil. Si tu animal necesita atención veterinaria, puedes pedir cita previa en el 961131539 y estaremos encantados de atenderos.

Fuente de datos sobre estudios vacunales: Argos

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